IMPORTANCIA DE REALIZAR UN ARADO AL SUELO

Los beneficios que se obtienen con el arado

Hoy, en esta particular entrada en Agromática, se la dedicamos al suelo. No es para menos ya que es el medio de sustento de todas las plantas, sin contar con aquellas que se basan en el método hidropónico puro. Vamos a comentar como con realizar algunas labores muy sencillas es capaz de mejorar exponencialmente la calidad del suelo. Una labor dura y tediosa, pero que reporta magníficos resultados.
Con el arado del suelo buscamos una cosa: mejorar las condiciones del suelo. Esto significa que si por ejemplo disponemos de un suelo encharcado, intentar que no se acumule agua en la superficie. Por el contrario, si tenemos un suelo muy seco, con elevada filtración de agua, buscamos que retenga un poco mejor el agua y sea asimilable para las plantas.





¿Cómo se mejora el suelo con el laboreo?

Si dividiésemos en segmentos aquellos elementos que influyen de manera significativa en un suelo y que, por supuesto, afecta a las plantas, podríamos mencionar la humedad, el aireado, la estructura y también la temperatura.
Conocer qué cambios aparecen con el arado del suelo con respecto a estas variables es importante para conocer un poco más la tierra que cultivamos.

Humedad

La humedad de un suelo se ve influida por el volteo de éste. Es algo tal y como lo hemos contado antes. Si tiene problemas de retención de agua  (drenaje lento), conseguirá que se evacue mejor el agua. Y en el caso contrario sucederá lo mismo.
Un suelo situado en un clima desértico conservará mucho mejor el agua en el subsuelo a partir de un volteo de la tierra.

El aireado

Aunque ya lo hemos mencionado en otros artículos, voltear el suelo permite incrementar el número de macroporos que hay en el suelo. Éstos se encargan de almacenar gases, (como el oxígeno), que las raíces de las plantas necesitan para que no aparezcan problemas.
Un suelo mullido permitirá la entrada de aire desde el exterior, el cual también es una entrada de nitrógeno atmosférico (que se podrá fijar mediante efectos climáticos, como la lluvia).

La estructura del suelo

Un suelo puede tener distintas texturas, y eso es lo que hace que quede clasificado como arenoso, limoso o arcilloso. Es un poco más complejo que estás tres definiciones, puesto que hay mezclas entre ellas, pero básicamente es eso.
Dependiendo del sistema de arado que utilicemos, conseguiremos que la tierra cambie el tamaño de sus agregados, pudiéndolos aumentar o reducir. Esto influye muchísimo tanto en el crecimiento de las plantas como en la germinación de semillas.
Si se dejan agregados muy grandes, superior a los 5 mm, existiría una proporción de macroporos excesivamente grande, no hay retención de agua y la planta encuentra dificultades para absorberla.
Un suelo con agregados muy pequeños, en torno a 1 mm, produce un desequilibrio entre macroporos y microporos. En efecto, por ausencia de los primeros, el agua no se retiene eficientemente e igualmente tendremos problemas con el desarrollo de las plantas.

Temperatura

¿Qué tiene que ver la temperatura con el laboreo o mullido de un suelo? Pues aunque no lo parezca, mucho.
La temperatura de un suelo está influida por el ambiente y el clima donde nos encontremos, como parece lógico. Sin embargo, con el volteo se puede conseguir reducir la diferencia de temperatura entre la noche y el día. Esto es muy importante, porque permite un mayor confort de las raíces y, claro, eso se paga con un mayor desarrollo de la planta en general.
Sin embargo, por esta misma razón es conveniente dejar el arado para otro día si se prevén heladas.  El aire es mal conductor por lo que se obtienen peores consecuencias si el contenido de aire es mayor. Una sustitución de ese aire por agua, mucho mejor conductor, produce beneficios y previene de forma pasiva los daños por heladas.

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